Después de muchos años me permito el lujo de estar sentado en un banco mirando a la gente.
A veces lo hacia antes también, pero no era lo mismo.
Mientras trabajaba y hacia el doctorado a la vez cualquier momento de pausa continuado era tiempo quitado al doctorado. Hasta el ultimo momento no ha estado claro si el trabajo de 10 años sería suficiente o no. Y el cerebro siempre estaba allí. Desde que me sentaba en el inodoro porla mañana hasta cuando he estado en funerales o bodas.
Y ahora, que es uno de agosto, y que Jacobs acaba de ganar los 100m lisos en las olimpiadas, y que este año el Inter ha sido campeona de la serie A, Italia de Europa, mi hermano ha superado el cancer e yo he terminado el doctorado, este agradable hilito de aire que entra por la manga izquierda, lado mar, de mi camiseta, recorre todo mi cuerpo, y se va por la manga derecha, lado montaña me genera una emoción especial.
La rambla de cataluña es de repente una sala de estar, y no le veo tanta frenesia. El hecho de que es domingo y la pandemia todavía viva contribuyen sin duda.
El sueño de poder hacer el amor con cualquier chica que eligiera a dedo no voy a engañar, ya lo tenia de antes. Este momento de gloria, no tiene nada que ver. Pero sí, acompaña todo el resto.
Y si me siento solo y sin ninguna mujer de por medio pienso al pasado y a cuanto he deseado este silencio interior y exterior, esta introspección, este disfrute de uno mismo. El compás que cada uno se marca. Lo que más se parece al sentimiento de la libertad.
Nota mental: cuidado en implementar cualquier cambio radical, esta era más o menos la vida que querías. Más o menos of course.