No me gustan las personas que hablan muchos idiomas. Prefiero alguien que domine una o unas pocas y que sea experta de ella.
No me gustan las personas que presumen de viajar mucho. Prefiero alguien que sepa todo sobre su jardín, y que estuviera en el sitio en que estaría si no tuviera la obligación de estar allí.
Me gustan las personas humildes, las personas alejadas de cualquier narcisismo, que se cuidan por dentro y por fuera para poder vivir de una forma sana.
Me gustan las personas moderadas, que entablan una conversación a sabiendas de que alguna de sus creencias pueden ponerse en discusión. Y no pasa nada.
Me gustan las personas que saben exactamente que lo que tienen que contar, al menos en un primer momento, no interesan a nadie y son solo un relleno esponjoso sobre el cual las dos personas que se acaban de conocer se pueden estudiar.
Me gusta quien, independientemente de lo que vaya la conversación, tiene perfectamente bajo control el tiempo de exhibición, suyo y del otro, y es capaz de ajustar la conversación para que el balance sea perfecto. También me gusta quien sabe reconocer cuando no hace falta mantener ningún balance y hay que dejar, por una vez, que el o el otro se apodere del momento. Cuando esto ocurre, entonces si, interesa el tema de la conversación.
Me gustan las chicas guapas, excepcionalmente guapas. Que me den la sensación de no merecerlas.