Alguna vez te debo de haber dicho que vestías poco atractiva. Tal vez solo lo hacia para picarte. La verdad es que me encantaba tu estilo. Los pantalones que tu definías "saco". Esa falta completa de narcisismo y frivolidad que a la vez delineaba tu especial idiosincrasia.
Y tu absoluta fortaleza en ir por tu camino, nunca te he visto acomplejada.
Alguna vez un pendiente, un anillo, un simple complemento te hacían brillar. Tu aspecto era sobrio y digno, y eso es bellísimo, por encima de cualquier vestido de alta costura o conjunto rebuscado de cualquier cadena de ropa.
No lo cambies nunca.